Hijo de Vecino

Podcast: La historia de Matsyendra

Podcast acerca del sabio Matsyendra, el legendario transmisor de la ciencia del haṭha yoga, cuya historia tradicional es atrapante y educativa.

Los orígenes de haṭhavidyā, es decir “la ciencia del haṭha yoga”, son debatidos y actualmente son objeto predilecto de estudio para los círculos indológicos y filológicos occidentales. La versión tradicional hindú habla quizás de 5000 años de antigüedad, por no decir que se considera un conocimiento que es, en realidad, eterno.

 

El academicismo moderno, por su parte, y basándose sobre todo en pruebas textuales, sitúa el nacimiento de la disciplina formal del haṭha yoga alrededor de los siglos X-XI de nuestra era. Para hacerlo más complejo, dentro de este amplio abanico temporal encontramos también diferentes escuelas filosófico-teológicas y diferentes linajes de yoguis o incluso proto-yoguis.

 

Por tanto, explicar con certeza la historia del haṭha yoga es una tarea ingrata. En nuestra ayuda llegan las historias tradicionales, que son una suma de leyendas, narraciones populares y mitos y que, por supuesto, más que certezas históricas – que son pocas – nos aportan sentidos, símbolos y enseñanzas que permiten contextualizar lo que ahora sabemos y practicamos como haṭha yoga.

 

Entre estas narraciones destaca la más difundida, que pertenece al linaje de los nātha, que son una rama ascética hindú que atribuye su linaje al sabio Matsyendra. De forma mayoritaria – y simplificada – se considera que los nātha son los fundadores del haṭha yoga, dejando de lado otras ramas, incluidas las monásticas, que incluso hoy puede que sean más populosas.

 

En cualquier caso, la historia del sabio Matsyendra es muy conocida y, justamente por su popularidad, podemos encontrar diferentes versiones. Otra vez no hay una respuesta única. De todos modos, la mayoría de las versiones tienen puntos en común, como la relación del sabio con el agua y la recepción de la enseñanza de boca del dios Śiva, considerado ādi yogi o el “yogui primordial”.

 

Con el fin de introducir esta historia, en el podcast de esta semana cuento una de las versiones más conocidas, que no solo tiene la cualidad de atraer y entretener al oyente, sino que posee una enseñanza de fondo.

 

Espero que les guste:

 

 

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6 comentarios en “Podcast: La historia de Matsyendra”

  1. Gracias Naren. Me emociona esta coincidencia, mi primer maestro se llamaba así.
    Me ha encantado la narración, y ese toque personal que le pones ( Parvati se aburría porque seguramente era una gran yoguini).Seguimos en contacto. Tonia Rubio R.

    Responder
    • Hola Néstor. No tiene una filosofía específica porque es más bien un método práctico. Por eso existen diversas escuelas de hatha yoga con diferentes filosofías. Si nos atenemos a la historia de Matsyendra, entonces entonces la filosofía sería shivaíta de la escuela natha que tendría un componente de vedanta.

      Responder

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Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

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