Hijo de Vecino

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Mi intención es guiarte en el descubrimiento del tesoro espiritual del Yoga para que puedas ampliar tu visión de mundo y avanzar en el camino del autoconocimiento.

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Soy Naren Herrero, periodista y escritor especializado en la filosofía de la India y del Yoga

Naren Herrero yoga filosofia contacto

Hijo de Vecino es el seudónimo que elegí hace más de diez años cuando empecé a escribir mi visitado blog, con la intención de compartir mis experiencias en la India y mis conocimientos sobre la filosofía del Yoga, de una manera entretenida y sencilla, desde el punto de vista de una persona occidental común y corriente.

Imparto cursos presenciales y online, formaciones y talleres sobre filosofía, historia y mitología del Yoga, con un estilo fresco y a la vez riguroso.

Además, soy profesor de hatha yoga.

He viajado varias veces a la India, como turista, como periodista y como peregrino.

He estudiado sánscrito y desde niño sigo conscientemente el llamado sendero del autoconocimiento espiritual.

Nací en el año 1979, en Argentina, y mis padres ya estaban involucrados en la filosofía espiritual de la India, por lo que crecí embebido de conceptos como karma o meditación y con las paredes de casa decoradas con imágenes de santos hindúes y deidades con cuatro brazos. Al mismo tiempo, era fan de Los Pitufos, jugaba a la pelota y trepaba a los árboles como cualquier niño.

Esta familiarización con la cultura india y la occidental a la vez me permiten abordar los conceptos filosóficos del Yoga con naturalidad y explicarlos de forma clara y adecuada para un público moderno occidental.

Naren Herrero filosofía yoga

En la actualidad, continúo estudiando los textos tradicionales de la India, junto a las investigaciones académicas más recientes y los cambios del mundo contemporáneo, buscando siempre un equilibrio entre la fidelidad a la tradición y la visión moderna.

Resido en Barcelona, con mi esposa y nuestras dos hijas.

 

Mis maestros

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filosofia y yoga Dharma Mitrra
Andrei Ram y Naren Herrero

En la India encontré a mi maestro Sri Swami Premananda, que me introdujo en el aspecto ritual del hinduismo y también me hizo profundizar en las enseñanzas universales para ser más feliz. Su enfoque sencillo y natural de la espiritualidad me ha ayudado grandemente en la vida y también en mi forma de comunicarlo a otras personas.

 

En la otra punta del mundo, en New York, encontré a mi otro maestro, el legendario yogui Sri Dharma Mittra, otro ejemplo de que vivir con la inocencia de un niño es el secreto para la plenitud. Gracias a Dharmaji he profundizado en el aspecto más físico, mental y energético del Yoga y he encontrado una fuente de inspiración de cómo aplicar las enseñanzas del Yoga en la vida familiar y diaria.

 

Sri Andrei Ram, discípulo aventajado de Dharmaji es otro de mis grandes referentes por su forma de transmitir las milenarias enseñanzas del Yoga de manera lúcida y actualizada para los desafiantes tiempos actuales.

He aparecido en medios como:

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Filosofia del yoga

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Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

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