Navarātri es la festividad hindú más importante en honor a la Madre Divina, el aspecto femenino de la Divinidad, que da vida, alimenta y cuida a todos los seres. Los indígenas andinos la llaman Pachamama; los romanos le decían Natura; algunas personas le dicen Energía, otras prefieren hablar de la Diosa y otras simplemente dicen Madre Tierra. En el hinduismo se considera que todo el universo material (y también el no material) es una manifestación de esta energía dinámica femenina (Śakti – Shakti -), que también tiene diversos nombres según los aspectos que predominen.
En Navarātri, que dura nueve noches (nava = nueve; rātri = noche), se adoran las tres formas principales de la Madre, relacionadas con la trinidad esencial de creación-mantenimiento-transformación, unas fuerzas cíclicas que están presentes en todo proceso material.
En posts de otros años he explicado detalles de la Madre Divina y, en esta ocasión, quiero publicar un fragmento de un discurso dado por mi guru, Swami Premananda, en que explica de forma muy simple estos tres aspectos de la Madre.
Dice Swami:
«Navaratri es la ocasión cuando la Madre Divina es adorada en la forma de sus tres energías que son muy esenciales en nuestra vida. ¿Por qué no somos capaces de ver a Dios, que está en todas partes? Dios está más allá de cualquier forma. Lo vemos todo el tiempo pero no lo reconocemos. Todos los universos están llenos con las energías del Señor Śiva (Shiva).
El espacio exterior está ocupado por las energías de la Madre Divina. De acuerdo con las necesidades de la humanidad, Ella aparece en diferentes formas y nos ayuda. Para proveer comida, Ella aparece como Annapūrṇā. Para proveer educación, Ella aparece como Sarasvatī (Sarásuati). Para proveer riqueza, Ella aparece como Lakṣmī (Lakshmi). Para remover el miedo, Ella aparece como Durgā. Para proveer conocimiento, Ella aparece como Bhavatāramī (un nombre de Kālī). Así la Madre Divina, Śakti, tiene distintas formas.
Antes que nada, para vivir sin miedo necesitamos energía. Por lo tanto, durante los primeros tres días, adoramos la energía en la forma de Durgā. Luego, para vivir de manera confortable, es muy importante el hecho de que necesitamos riqueza. Durante los siguientes tres días, adoramos la energía que nos provee con riqueza como Lakṣmī Devī. Sin embargo, la riqueza sola no es suficiente para que uno viva. Es importante aprender distintas habilidades. Adoramos a la energía que nos capacita para adquirir el aprendizaje de diferentes habilidades adorando a Sarasvatī durante los últimos tres días.
El último día, llamado Vijaya Daśamī (Vijaya Dáshami), es el día en que la Madre Divina le quitó la vida a Mahiṣāsura (el demonio con cuerpo de búfalo). En ese día La Madre Divina destruyó la ignorancia en el hombre y le confirió conocimiento.
Por lo tanto, bendigo a todos para que en estos diez días adoremos a la Madre Divina con todos nuestros corazones. Que recibamos la riqueza ofrecida por Ella. Que nuestra ignorancia sea removida, de manera que podamos ganar conocimiento beneficioso».
Dejando las palabras de Swami arriba, yo agrego que la festividad de Navarātri ocurre dos veces al año, una en primavera (Vasanta Navarātri) y otra en otoño (Śarad Navarātri); siendo esta última la más conocida y celebrada. Las fechas de ambas festividades están basadas en el calendario lunar y, por tanto, son variables, pero siempre caen cerca de los equinoccios. A este respecto, quizás saben que coincidiendo con estos cambios de estación muchas personas aprovechan para hacer dietas de desintoxicación (no beber alcohol, no comer carne o fritos, tomar sólo zumo de manzana…), pues el cambio de temperaturas implica cambio de alimentación y es bueno preparar el cuerpo (amén de purificarlo de excesos veraniegos o invernales).
Una de las formas tradicionales de celebrar Navarātri es, por supuesto, adorar a la Madre Divina en sus diferentes aspectos a través de rituales, canto de mantras o meditaciones específicas, a la vez que muchas personas también realizan ayuno como parte de la adoración. El ayuno no necesariamente es total o de agua, sino que puede ser de frutas o leche o sólo una simple comida al día, por ejemplo. Es llamativo entonces que esta austeridad alimenticia, que a primera impresión puede parecer un gesto ascético innecesario, coincida con la moda actual de hacer ‘detox’ que siguen todo tipo de personas, muchas sin interés espiritual o yóguico.
Mi impresión, basada en la experiencia, es que la tradición antigua de la India no es azarosa ni caprichosa, sino que está basada en verdades universales que, en muchos casos, pueden considerarse eternas. Por eso, que la larga celebración de la Madre Universal sea acompañada de una dieta desintoxicante en la época de los cambios de estación no me parece casual; más bien creo que es un sabio hábito que los antiguos rishis (ṛṣis) vieron útil para el propio devoto y su salud.
Después de la novena noche, el décimo y último día, ya nombrado por Swami, es quizás el más importante: Vijaya Daśamī. En este día la adoración vuelve a ser a la Madre en su aspecto de la diosa Durgā (en algunas partes de India en este día también se conmemora la victoria de Rāma sobre el demonio Rāvaṇa).
En todos los casos, es el triunfo del bien sobre el mal o, si hacemos algún tipo de ayuno o dieta especial, de la desintoxicación sobre las impurezas.
buenas tardes.
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