Hijo de Vecino

El vegetarianismo como solución global

Hace cerca de tres años escribí un post explicando por qué yo era vegetariano o, en realidad, ovo-lacto-vegetariano. Por otro lado, hace un año que con Hansika hemos cambiado a una dieta vegana, que implica no comer nada que provenga de los animales, lo cual incluye huevos, leche y sus derivados, e incluso miel. Del estilo de vida vegano hablaré otro día, pues ahora quiero centrarme en el vegetarianismo más difundido que sí incluye lácteos y, en algunos casos, huevos (aunque en la India los vegetarianos no comen huevos).

 

Desde el punto de vista dietario es un tema muy polémico y como yo no soy nutricionista ni científico no puedo abordarlo de forma certera. Sólo cuento con mi propia experiencia de crianza y alimentación vegetariana sin problemas de salud. Un punto que sí me interesa tocar es el del terrible efecto que el consumo de carne provoca en los recursos del planeta. En el libro Comer animales del escritor norteamericano Jonathan Safran Foer se dan, entre otros, estos datos estadísticos:

«La ganadería industrial realiza una contribución al calentamiento global que es un 40% mayor que la de todo el sector del transporte junto, lo que la convierte en la responsable número uno del cambio climático» (pág. 57).

«Casi un tercio de la superficie terrestre del planeta se dedica al ganado» (p. 187).

«Actualmente, los productos animales siguen siendo sólo el 16% de la dieta china, pero los animales de granja suponen más del 50% del consumo chino de agua…» (p. 323).

Al parecer todos decimos tener consciencia ecológica y llegamos a convertimos en extremistas del reciclaje, sin embargo no sé hasta qué punto sabemos que el consumo de carne es el mayor factor contaminante del mundo, a la vez que es el principal destino de los cada vez más escasos recursos terrestres.

 

El escritor Álvaro Enterría tocó este tema la semana pasada, pasó los datos que antes cito, y compartió el vídeo de un discurso muy elocuente. En él, Philip Wollen, un filántropo australiano ofrece las innegables razones para ser vegetariano, y no habla de tanto de la salud propia como del bien de la humanidad.

En un momento ofrece un dato básico: «Se necesitan 50.000 litros de agua para producir un kilo de carne de res«. También dice: «Los países pobres venden su grano a Occidente, mientras sus propios hijos mueren de hambre en sus brazos. Y Occidente se lo da de comer al ganado, para poder comer un filete».

 

El vídeo dura sólo 10′ y tiene buenos datos económicos y sociales:
http://youtu.be/nhnWB4heVHs

 

Para algunos puede sonar utópico, pero los activistas vegetarianos sostienen que detener (o incluso reducir) el consumo de carne, eliminaría el hambre del mundo y daría esperanzas al planeta de no quedarse sin recursos ante el imparable crecimiento demográfico. De hecho, la iniciativa ecologista y global llamada Lunes sin carne es un gran ejemplo de cómo una mínima reducción del consumo de carne podría beneficiar al mundo. El esfuerzo es pequeño: que nadie coma carne los lunes.

 

Ahora, imaginemos por un momento que el tan terrible cambio climático, la contaminación global y la agonía de la Madre Tierra no dependieran más de las osadas intervenciones de Greenpeace o de las dudosas decisiones de nuestros gobernantes cegados por la codicia, sino que cada uno de nosotros pudiera hacer algo tan simple como cambiar su alimentación para salvar al mundo.

 

No estamos hablando de hacerse célibe, tejer en una rueca y caminar descalzo como Gandhi; no estamos hablando de salir a la calle a protestar o ser golpeado por policías; no estamos hablando de donar todas tus pertenencias, de cambiar de religión o de marcharte al exilio. Simplemente sentado en el sofá de tu casa, mirando la TV si quieres, cambias tu dieta y cambias el mundo, para mejor. Oh Yeah! puedes alegrarte, la revolución que tanto anhelabas está aquí y en tus manos.

 

yoga y vegetarianismo
www.larevoluciondelacuchara.org

 

Mosquitos, filetes y contradicciones

Como si esto fuera poco, reducir o eliminar el consumo de carne no sólo beneficiará a la humanidad de la que somos parte, sino que te causará beneficios personales, desde el punto de vista dietario y, muy importante, desde lo espiritual. En un discurso sobre el vegetarianismo (Premananda Satsang Vol. III, # 31), Swami Premananda se pone especialmente enfático y dice:


«Sé que las personas que se hospedan en el Ashram en la India se quejan de los mosquitos que hay allí. Si les pica un mosquito y les bebe una gota de su sangre arman un gran alboroto y se lamentan sin parar. Entonces, ¿cómo es para las ovejas, las vacas y los pollos que se sacrifican horriblemente para satisfacer la avidez del hombre? Les cortan el cuello; les golpean hasta la muerte o les matan de otras formas inhumanas. ¿Crees por lo tanto que un aspirante espiritual debe luego comer estas cosas? Los animales no pueden contar sus sentimientos, pero nosotros gritamos y lloramos si el simple mosquito disfruta nuestra sangre unos segundos.

 

Todos habláis de ‘Amor’ y ‘Compasión’ o decís ‘el plan de Dios para el mundo es defectuoso y hay demasiado sufrimiento’. ¿Quién causa el sufrimiento? El hombre causa el sufrimiento. Y él lo comenzó matando a sus semejantes para comerles. Decís que sentís amor en vuestro corazón y que queréis amar a Dios. ¿Cómo podéis pensar en el amor si, porque os agrada el sabor, podéis comer otra criatura? ¿Dónde está el amor? ¿Puede haber amor en vuestro corazón si queréis ser la causa de asesinato todos los días? ¿No tenéis sentimientos por el sufrimiento de estos pobres animales? Esperáis amor de los demás todo el tiempo, pero no queréis mostrarlo a las criaturas de Dios. Sólo deseáis matarlas y comerlas…

 

Cuando se mata a cualquier criatura, su cuerpo se llena de miedo y terror. Se liberan entonces ciertas sustancias químicas, tal como la adrenalina. Más tarde, si coméis esa criatura, también estáis comiendo la misma energía de miedo y las mismas sustancias. Así que, ahora habéis puesto trozos de cadáver en vuestro estómago. Habéis convertido vuestro estómago en un cementerio. Dios os dio este cuerpo. Es el regalo Divino para ayudaros a conocerle a Él. Él no quiere que lo convirtáis en un campo santo para vuestros semejantes. ¿Pensáis que es bueno enterrar animales, pescados y aves muertos en vuestro cuerpo? ¿Cómo podéis tornaros puros en cuerpo y mente si llenáis a ambos de carne muerta que se descompone? Es sin duda muy difícil».

 

yoga y vegetarianismo
Sri Swami Premananda

 

Yoga y vegetarianismo

El discurso de Swami Premananda es fuerte y lo he elegido a propósito porque creo que este es un tema que necesita claridad. En la espiritualidad siempre se habla de flexibilidad y de adaptar las enseñanzas espirituales a la propia personalidad y necesidad. Es por ello que existen tantos caminos diferentes y tantos maestros distintos. Sin embargo, todos los textos yóguicos y los maestros espirituales de la tradición de la India son bastante unánimes en este punto: comer carne es romper con el precepto básico de ahimsā, de no-dañar.

 

En este sentido, y hablando de forma general (sin tener en cuenta cada caso particular que puede ser debatible), cualquier persona que se considere a sí misma yogui o yoguini debe ser vegetariana. Y esto no lo digo yo, sino la tradición del Yoga.

Asimismo, yo agrego que, para mí, un aspirante espiritual debe ser vegetariano por coherencia con su búsqueda; es decir, como dice Swami, no podemos esperar encontrar el Amor universal si matamos otros seres para comerlos; y tampoco podemos esperar encontrar la pureza interior si llenamos nuestro cuerpo de ‘cadáveres’.

 

yoga y vegetarianismo
La mítica viñeta de Quino. Clicando en ella se agranda.

 

 

Los asiduos lectores de este blog saben que soy relativamente flexible en la aplicación de las enseñanzas espirituales y nunca me pongo radical ni extremista. Asimismo, no me interesa meterme en el estilo de vida de cada persona, pues creo que uno debe concentrarse en cambiarse a uno mismo, antes que al resto. Sin embargo, hoy decidí hablar de este tema porque, más allá del ámbito espiritual, creo que es fundamental para el bien común.

 

Tanto nos quejamos de que el mundo va mal y, además, a algunos eso nos genera tanta angustia que pensé que está bien ser un activista del vegetarianismo. Los animales lo agradecerán, la Madre Tierra lo agradecerá, nuestros cuerpos y almas lo agradecerán, y quienes ignoraban esta información y la posibilidad tan cercana de cambiar el mundo, también lo agradecerán. Luego, que cada uno haga lo que pueda o quiera.

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12 comentarios en “El vegetarianismo como solución global”

  1. Muy buena editorial, aunque me deja algunas preguntas que me gustaría compartir.
    El mundo guarda espacios no contaminados para producir la cantidad de granos y vegetales que serían necesarios para cubrir nuestra alimentación en caso de erradicar el consumo de carne?
    Que pasaría con las razas de esos animales que hoy se crian para consumo? subsistirían?
    La raza humana no es carnivora por naturaleza? que pasaría si intentaramos convertir a un león o un tigre al veterarianismo? No creo que se puedan juzgar desde el amor, más bien es instinto natural.
    Son simplemente preguntas… estoy de acuerdo en que se ha llegado a un nivel de consumo de animales que no es sano para nadie (seres humanos, animales y planeta) y por mi parte hago mi aporte para mejorar esta situación y lo hago desde la educación que le doy a mis hijos. Pero creo que el camino es largo porque si me quedan estas preguntas, quiere decir que aun no estamos preparados para tal cambio.

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    • Hola Marina,
      Gracias por tu comentario.
      Mi post no es exhaustivo y es normal que surjan preguntas. De hecho, yo también me hago muchas preguntas sobre este tema porque es complejo. Sobre la pregunta de si el ser humano es carnívoro, lo que nos enseñan desde siempre es que es ‘omnívoro’ y por tanto eso incluiría comer carne. Esta creencia es debatida por personas que consideran que el ser de humano es de naturaleza frugívora o vegetariana. A la vez, la ciencia moderna atribuye al consumo de carne la evolución del hombre. Mientras, la ciencia espiritual ve en el consumo de carne una desviación del correcto comportamiento del hombre.
      Desde el punto de vista dietario verás tantas versiones que, para mí, es imposible tomar una como la verdadera. Hay sociedades que no consumen carne y viven sanas; hay otras que parece morirían si se les quitara la carne. ¿Es hábito? ¿Es instinto? ¿Es genética? ¿Si somos carnívoros por qué no nos atrae la carne cruda y nos dan repulsión los mataderos? Yo no sé las respuestas certeras y para decidir qué hacer en mi vida lo que hago es introducir otro factor: el espiritual, que viene de la mano con la ecología y la compasión a los demás. Así es como me cuadra ser vegetariano (de hecho, mi dieta es más bien vegana).
      Sobre tus preguntas, supongo que los animales criados para consumo subsistirían en mejores condiciones y en menor cantidad. Los granos necesarios para la alimentación del mundo ya se están produciendo, sólo que van destinados a alimentar el ganado que luego se convierte en carne para humanos.
      Coincido contigo en que es un cambio grande y quizás no estemos preparados, aunque es obvio que no será de un día para otro sino muy gradual. Cada vez más personas están sensibilizadas por el maltrato animal y el destino de la Madre Tierra, así que yo lo veo como el camino inevitable que deberá tomar la humanidad para seguir adelante de buena forma. Incluso si el ser humano fuera carnívoro de naturaleza, pues deberá cambiar sus hábitos ‘naturales’ si quiere salvar el planeta.
      Bueno, seguramente influye que mi crianza haya sido vegetariana (a la que doy gracias infinitas ) y yo estoy muy convencido de que es un gran camino para mejorar el mundo.
      Un saludo.

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      • Gracias por tu pronta respuesta! Ayuda a aclarar mis dudas.
        Con respecto a lo nutricional, sé que hay infintas formas de cubrir las necesidades humanas. También estoy segura de que el cuerpo sabe pedir los que necesita, simplemente hay que saber escucharlo.

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  2. Aunque es bonito pensar en un mundo utópico, y donde todo se pueda llevar con hermandad entre especies, quiero decir lo siguiente y sin ofender a nadie, creo yo que el mundo en su totalidad no cambiara solo por cambiar nuestra dieta a vegana o vegetariana, tal ves eso aunque noble, es un poco ingenuo, el humano al ser una plaga no importa la forma en que coma, lo depredara todo, si ya son muchas las hectáreas usadas para producir alimento para el ganado, imaginen el que se necesitaría para alimentar a la población humana actual, sin mencionar que seria imposible que todo fuera orgánico (habría más producción de transgénicos) o libre de pesticidas, a menos que nos arriesguemos a perder miles de hectáreas de alimento por plagas, imaginen el desabasto y hambre que una situación así conllevaría y también me pongo a pensar en como ganarían de dinero todos aquellos que se dedican a producir suplementos alimenticios, vitaminas, generando nuevos conglomerados y monopolios, ahora el lado de aquellas especies que el hombre modifico y después libero, algunas no sobrevivirían y otras se convertirían en plagas, al final para mermar su población habría que sacrificarlas y digo todo esto pensando en la cantidad de población actual del mundo, a mi pensar y conocimiento creo que la única forma de que un mundo así sea viable de la forma en que muchas de las ideas veganas/vegetarianas son, (orgánico, libre de pesticidas, etc) tendría que morir más de la mitad de la población humana, suena macabro, si, pero solo mermando nuestra población podríamos salvar al mundo y es una idea que aun así conlleva muerte.

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    • Hola VG,
      Gracias por tu comentario. Entiendo lo que expones. Sin duda el crecimiento de la población mundial es un gran desafío y un problema que no está claro cómo se resolverá, especialmente manteniendo el estilo de vida actual que no respeta los recursos naturales de la Tierra.
      Justamente un estilo de vida más natural y en consonancia con la crítica situación ecológica del planeta es, para mí, imprescindible. Dices que vivir de forma «orgánica» no es sostenible, pero lo seguro es que vivir de la forma actual sin duda lleva a la destrucción del planeta. Por tanto, conviene probar la otra alternativa.
      Sobre las hectáreas que se necesitan para alimentar la población mundial, no es contradictorio con la idea de vegetarianismo, porque son las mismas hectáreas que ya se utilizan para cultivar grano para animales de consumo.
      El problema general de la destrucción de recursos no es únicamente de grandes corporaciones, gobiernos y lobbies inescrupulosos, sino que cada persona de este mundo debería hacerse consciente de la consecuencia de sus actos. Si todos estamos pensando en la satisfacción inmediata y reducida a nuestro círculo personal o familiar, entonces aunque seamos vegetarianos/veganos no será suficiente, aunque es verdad que quienes dan ese paso es porque buscan, en general, el bienestar colectivo.
      Saludos

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  3. Hola HV, recien sigo tu pagina, despues haber visto tu entrevista con fisiomyoga.

    Respecto al tema: independiente del concepto etico (ahimsa), y solo de manera practica, me nace la siguente duda: si bien se dice que con un dieta ovo-lacto-veggie, se podria alimentar la misma cantidad de personas actuales, pero con aprox. 30 % menos de uso de tierra para la agricula, ( o alimentado 30 % mas de la poblacion sin la necesidad de deforestar mas), eso al final se reduce a un problema de numero / poblacion.

    Que pasaria si algun dia la poblacion mundial pasa la cifra de aprox. 12.000.000.000 personas o mas? Aunque con alimentacion veggie, la produccion / tierra agricola llegaria a su limite y no alcanzaria. Asi que, (repito, independientemente del Ahimsa), y solo a nivel tecnico, el problema alimenticio es un problema de la población mundial.

    Bueno, solo pensamientos.
    Saludos

    Responder
    • Hola Detlef Rau-Bredow:
      Gracias por tu comentario. Lo que dices es acertado y de hecho hay corrientes que opinan que el crecimiento poblacional es el gran problema, pues si no hubiera tantas personas en el mundo el consumo de carne tampoco sería grave. De todos modos el crecimiento de la población es un hecho innegable y entonces creo que uno debería focalizarse en aquello que puede manejar que creo empieza por la propia alimentación y consumo.
      Un saludo

      Responder

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Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

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