Hijo de Vecino

Dīpavali en el Parlamento Europeo

El 11 de noviembre de 2015 se celebró en todo el mundo el día principal de Dīpavali (o Diwali), el festival hindú “de las luces”, en que los hindúes encienden lamparillas y lanzan fuegos artificiales como forma de festejar el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Se suele decir que es el “año nuevo hindú” y aunque esa definición no es correcta, sí es verdad que se trata de un periodo considerado de “renovación” que en cierta forma se podría relacionar con la atmósfera del Año Nuevo occidental.
En cualquier caso, la importancia de esta fecha para un hindú es tal que su celebración llegó este año (el 16 de noviembre) al Parlamento Europeo en Bruselas, impulsada por diferentes organizaciones hindúes y, desde dentro, por Nina Gill, europarlamentaria inglesa de origen indio y de religión sikh. Se trató de un evento histórico, ya que fue la primera vez que esta celebración tenía lugar en el Parlamento Europeo, algo que en Estados Unidos ya sucedió de forma novedosa en 2009 con Obama.
La relevancia del hecho está en darle visibilidad y reconocimiento a la comunidad hindú europea, que se estima es de unos dos millones de personas, muchas de ellas de origen indio y otras de origen occidental.
El momento más relevante de la celebración fue el encendido de las dīpas o lámparillas, como símbolo de la luz que destruye la oscuridad, o también del conocimiento espiritual que vence a la ignorancia.

La europarlamentaria Nina Gill encendiendo la lámpara

En el evento participaron europarlamentarios, embajadores, personalidades de la cultura y miembros del Hindu Forum of Europe (HFE) que es el organismo que agrupa las diferentes federaciones hindúes europeas. A este respecto, es importante destacar que la Federación Hindú de España (FHE) también estuvo presente por intermedio de su presidente, Juan Carlos Ramchandani (Krishna Kripa Dasa).
En lo referente a la FHE es de notar que, horas antes del evento, fue aprobada su inclusión en asamblea general, con plenos derechos, al Hindu Forum of Europe, por lo que la voz y el voto de los hindúes españoles tendrán ahora su significancia a nivel europeo en debates y decisiones sobre temas como la “comercialización de los festivales hindúes” (como el Holi) o si las personas que manifiestan abiertamente sus prácticas religiosas o símbolos son una amenaza a los valores europeos humanistas y laicos.
Krishna Kripa Dasa, presidente de la FHE (vestido de blanco), junto a los miembros de la Junta directiva del Hindu Forum of Europe: Mahaprabhu Dasa (secretario general); Dra. Lakshmi Vyas (vicepresidenta); Raj Bondhe (presidente); y Bharti Taylor (directora ejecutiva)

La celebración del Diwali en el Parlamento Europeo ocurrió tres días después de los atentados yihadistas de París, por lo que las medidas de seguridad eran máximas y la ciudad de Bruselas estaba bajo total vigilancia militar. La consecuencia directa de esto para la celebración fue que se llevó a cabo en un clima menos festivo y de mayor solemnidad, por respeto a las víctimas.
Al mismo tiempo, el simbolismo de la luz del bien que se enciende para triunfar sobre el mal, no podría haber sido más adecuado para un momento así de oscuro.

Esperemos que este gesto político de llevar una festividad religiosa al Parlamento tenga repercusiones positivas de alguna forma y que tanto hindúes como no hindúes nos beneficiemos de un mundo más luminoso.

1 comentario en “Dīpavali en el Parlamento Europeo”

  1. Gracias Naren por las notas tan inspiradoras y tan necesarias en este Yuga. Pero sobre toda lo que me lleva a escribirte es para agradecerte mucho el Mahabharatha. Qué generoso eres! Lo he bajado y lo estoy leyendo con mucha atención. Su lectura es apasionante. Mucha luz en tu camino

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Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

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