Diez mil voces se unen para recitar el mantra hindú más antiguo
La tradición hindú postula que el origen material del universo es sonoro, es decir que el mundo surge a través del sonido, específicamente de una vibración primordial que se expresa con el sonido Om. Si bien en la actualidad la sílaba Om es muy conocida por su relación con las clases de yoga, su profundo simbolismo e importancia para el hinduismo no están tan difundidos. Si el universo nace del sonido y, en cierta forma da forma a la materia, entonces es también a través del sonido que uno podría hacer el camino inverso para regresar o conocer la misma fuente de creación. De ahí la importancia de los mantras en la tradición hindú, de los cuales el Om es el mantra primigenio.
Al tratarse de un sonido sutil y eterno, es difícil decir con certeza cómo suena y entonces los antiguos textos sagrados y los sabios lo ha expresado como Om o mejor dicho como aum, pues se considera que tiene tres partes o sonidos, además de la cuarta parte, que es la más importante: la vibración sutil e interna que se puede percibir en el silencio que sigue a su recitación.
Sea como fuere, es cierto que además de una práctica milenaria y para monjes, la repetición y el canto de Om es chapati de cada día en clases de yoga y también en prácticas personales de meditación, sin necesidad de ser hindúes o budistas. El acuerdo general es que la repetición o la escucha de Om produce un estado de bienestar, de concentración o de calma mental y nos predispone de buena forma a cualquier práctica de carácter introspectivo.
Este tipo de reflexiones son las que llevaron al Museo Rubin de New York a crear un OM Lab, en que cualquier visitante podía grabar su propia versión de Om, guiado por el canto previamente grabado de tres monjes budistas. Durante tres meses de 2017 se grabaron las voces de más de diez mil personas que se sentaban en una cabina especial del museo, se ponían auriculares y sintonizando con la vibración original entonaban su único y personal Om.
Una vez recolectadas todas las voces el material pasó por un proceso básico de criba, pues había casos aislados que habían grabado gritos o sonidos fuera de contexto. Con los diez mil Om’s ya listos un editor profesional se encargó de mezclarlos creando un resultado muy evocativo en que miles de voces diferentes se fusionan durante quince minutos. A la vez que cada Om es discernible de los demás, es también parte indivisible de un maravilloso tejido sonoro que dieron en llamar Om Colectivo.
El resultado de este experimento fue presentado públicamente en el Rubin durante todo el año 2017 como parte de una exhibición más amplia llamada The world is sound, o sea “El mundo es sonido”.
Ahora, gracias a la tecnología digital, cualquiera de nosotros puede escuchar desde donde esté esta conjunción de Om’s y a través de la sonoridad de diez mil seres entrever que, en esencia, todos vibramos con la misma esencia.
Que lo disfruten:
Celestial. Muchas gracias por compartirlo.
Hermoso pensar que son los OM de miles de personas, y grabados hace poco en una ciudad occidental, de modo que esos miles de personas son como uno.
Gracias.