Como les pasa a muchas personas, cuando llega el otoño-invierno la ominosa sombra del resfriado se cierne sobre mí, junto con las periódicas mucosidades bloqueando los conductos respiratorios. Los beneficios de un cuerpo físico sano son evidentes, y para los yoguis clásicos es además un requisito indispensable para la subsiguiente purificación del cuerpo energético que se hace a través del prāṇāyāma, los ejercicios respiratorios.
Justamente para obtener un cuerpo fuerte y sano, los yoguis de hace siglos diseñaron técnicas de limpieza denominadas kriyā, que tradicionalmente se dividen en seis categorías y por eso se denominan ṣaṭkarman (“las seis acciones”). Según la zona del cuerpo que se busca limpiar, estas técnicas se pueden clasificar, siguiendo la línea de Kayvalyadhāma, en la región “cráneo-nasofaríngea” para salud respiratoria y ocular; en la región “gastro-esofágica” para asma, enfermedades bronquiales y del bazo; o en la región “ano-rectal-intestinal” como activadoras del fuego gástrico, lavado colónico o enema.
La técnica que nos interesa hoy es la conocida como netī, que se centra en la limpieza de los senos nasales y, según los textos medievales clásicos, “despeja la zona craneal y agudiza la visión; elimina con rapidez todas las molestias que surjan por encima de los hombros” (Haṭha Pradīpikā II.30) y, además, “cura los desórdenes debidos a la flema (kapha) y aumenta la visión interior” (Gheranda Saṃhitā 1.51). En estos textos clásicos de hace al menos cinco siglos, la técnica específica que se enseña es sūtra netī, es decir “con hilo”, y consiste en:
“introducir un fino cordón (sūtra), de un palmo de largo, por una de las fosas nasales y sacarlo por la boca” (HP, II.29).
Esta técnica se enseña todavía hoy en la India y ha tenido modificaciones como utilizar un hilo encerado para que pase mejor o que el elemento introducido sea un catéter de goma “fácilmente esterilizable”.
En general, cuando alguien escucha sobre esta técnica reacciona naturalmente con un gesto de desagrado. Las técnicas tradicionales de limpieza no son especialmente agradables y por ello Sri Dharma Mittra dice que está bien actualizarlas para no sufrir tanto. Por ejemplo, la limpieza tradicional de dientes (danta dhauti) consiste en “frotar los dientes con polvo de acacia o con tierra pura hasta que desaparezcan todas las impurezas” (GhS, I.27) y dice Dharmaji con su humor:
“Si tu avión se estrella en el Amazonas, es bueno saber danta dhauti en la forma tradicional. Si vives en New York cómprate un cepillo de dientes eléctrico Panasonic”.
De forma similar, la técnica de sūtra netī ha sido en gran parte reemplazada por jala netī, es decir “con agua”. De hecho, la llamada netī pot, protagonista de este texto, es justamente una “vasija” (pot, en inglés), preferentemente de cerámica (también las hay de metal), que tiene una boquilla o tubo similar al de una tetera, diseñado para ser introducido en las fosas nasales y así irrigarlas para que se limpien y descongestionen. El utensilio se conoce técnicamente como lota, que en sánscrito significa “lágrimas” y quizás refiere a que si los conductos están muy bloqueados, al usarla uno termina lagrimeando bastante.
El procedimiento de irrigación nasal se realiza con agua con sal, que como toda abuela sabe es un milenario remedio casero, y además la sal protege la mucosidad básica y necesaria de los conductos nasales. Por tanto, no se recomienda usar agua sola. La diferencia con inspirar el agua con sal directamente de la mano, que es el método rudimentario, a hacerlo con la “vasija” netī es abismal, ya que es mucho más cómodo, no requiere un esfuerzo activo, el fluido del líquido es constante y, por tanto, más efectivo.
Para usarse, el agua debe estar tibia y no demasiado caliente porque causaría irritación. Las proporciones para la preparación salina son variables, aunque en nuestra casa Hansika dice que por 1 litro de agua corresponde 1 cucharada grande de sal marina. Yo lo hago a ojo… La cuestión es que hay que llevar el agua con la sal al punto de hervor, luego dejarla entibiar y entonces se puede usar. Si uno no quiere esperar y mezcla agua tibia directamente con la sal debe tener cuidado de poner un poco menos de sal para evitar irritar la nariz.
Como regla general, la cantidad de agua que entra en una vasija netī o lota normal es la suficiente para irrigar solo una fosa nasal. Para la otra, haría falta rellenar la lota. En cuanto al procedimiento, idealmente uno lo hace en la pileta/lavamanos del baño donde el agua usada se pueda drenar.
Y entonces:
- Inclina ligeramente la cabeza hacia un lado y coloca el tubo de la vasija en la fosa nasal que queda más arriba. Elevar el codo de la mano que sostiene la vasija.
- Respira todo el tiempo por la boca.
- Deja que el agua fluya lentamente hasta que salga por la otra fosa y chorree hacia la pileta/lavamanos.
- Al acabar un lado sóplate la nariz para quitar los restos de agua y escúpelos si tienes restos también en la boca.
Detalles importantes:
- Si el bloqueo nasal es menor, el agua saldrá por la fosa de abajo sin grandes problemas, directamente hacia la pileta/lavamanos.
- Si el bloqueo es medio o grande, el agua puede salir por la fosa de abajo, pero en lugar de caer en vertical hacia la tierra, es muy probable que recorra la mejilla de abajo y llegue incluso al cuello. Es normal.
- Si el bloqueo es muy grande puede que el agua no pase y también es normal. En este caso hay que tener especial atención a no forzar, porque el agua a veces va hacia el oído y puede producir molestias posteriores.
- En todos los casos, si el pasaje del agua no es fluido puede también deberse a la posición de la cabeza y de la vasija respecto a la cabeza. Por tanto, conviene probar ligeras variaciones en la inclinación de ambas hasta encontrar el punto bueno.
- Si la técnica funciona es normal que lleguen mucosidades a la boca (que iremos escupiendo) y también que “arda” un poco el paladar o la garganta.
- Si se hace muy sufrido hay que detenerse, recuperar fuerzas y después seguir.
- En momentos de mucha congestión es ideal repetir este procedimiento varias veces en el día. Cuando la situación mejora con una o dos veces es suficiente.
Estos consejos que doy no deben ser tomados de ninguna manera como el equivalente a una pauta médica, ni puedo tomar responsabilidad por el uso que cada persona haga de ellos. En caso de dudas es necesario consultar con un maestro competente y cercano.
La práctica yóguica de netī también se usa en āyurveda, la medicina tradicional india, que le pone sus variaciones y al agua con sal le agrega hierbas medicinales para el tratamiento de enfermedades relacionadas con las alergias, los dolores de cabeza y, por supuesto, la sinusitis y la congestión nasal. Si bien el uso más frecuente se da en temperaturas bajas, también es recomendable para la época primaveral en que surgen muchas alergias. Dharma Mittra dice que hay que tener la netī pot al lado del cepillo de dientes y usarla cada mañana.
Debo admitir que a nivel preventivo no uso la lota tanto como debería. Eso sí, a nivel curativo, es decir una vez que ya empiezan los síntomas del resfrío, sin duda la netī pot es mi mejor arma. Por eso se la recomiendo a todos.
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¿Y qué tal el suero fisiológico —que es una solución de agua y sal— con su cómodo gotero (cuentagotas) incorporado?
Hola Néstor. El suero fisiológico sería lo mismo. Yo lo uso con mis hijas, aunque en ese caso el agua no está tibia sino a temperatura ambiente. Y se trata de mucha menos cantidad de agua.
Un saludo.