Hijo de Vecino

El cómic ‘Peregrinaje a Kashi’

Mis conocimientos sobre el mundo del cómic son escasos. Si bien es verdad que de chico leí muchísimas historietas/tebeos, eran siempre de temáticas muy infantiles, estilo Mickey Mouse y la Abeja Maya. En realidad, mi única aproximación al cómic histórico (rozando lo mitológico) fueron unas revistas de la editorial Amar Chitra Katha recibidas de la India, con la vida y obra de personajes como Hanumān o Mirabai.
De hecho, hasta hace un año no había apreciado los beneficios del cómic histórico, tanto para niños como para adultos. La aparición de la primera parte del tebeo Mahābhārata, La gran guerra del clan de los Bháratas, me mostró un atrapante mundo visual que yo había dejado en el olvido desde mi infancia. Yo soy un tipo que en general prefiere la palabra a la imagen, pero que también ha aprendido a reconocer la justa combinación de ambas.
En un mundo tecnológico como el actual, en el que las pantallas son el gran estandarte, el cómic y su atractivo visual se convierten en una muy buena opción para explicar hechos que, desafortunadamente, se consideran pertinentes a ámbitos como las aburridas aulas escolares, las solemnes bibliotecas o las nostálgicas charlas de ancianos.

El historietista español Miguel Gómez Andrea (conocido como Gol), especialista en la divulgación histórica a través del cómic (y también el teatro) me decía que «las novelas gráficas (o tebeos o cómics) son una herramienta excelente para transmitir todo tipo de mensaje o sentimiento artístico, aunque en España y otros países nos cuesta mucho salir del gueto del infantilismo o de las temáticas sórdidas».
Coherente con su filosofía, Gol ha viñetado, entre otras cuestiones, la historia de Madrid contada a los niños; una historia sobre los templarios y otra sobre San Pedro Alcántara. Como es evidente, se trata de temas que no están ‘de moda’, pero que sin embargo contienen mucho material jugoso si se saben contar.
Si bien Gol está especializado en historia española, tiene también su veta indófila gracias a un primer viaje que hizo a la India a principios de los años ’80 y que, como él dice, le dio una visión distinta de la existencia. Con esta renovada visión, no es casualidad que Gol sea el autor del cómic sobre el Mahābhārata, un proyecto monumental alrededor del poema épico más extenso del mundo. De este proyecto ya se ha publicado el 1er tomo (Los Pándavas), y aún faltan publicarse dos tomos, aunque el segundo ya está terminado y el tercero en su fase final.
Años antes de viñetar el Mahābhārata, en 1999, Gol publicaba su primer cómic sobre la India bajo el auspicio de Indica Books, la editorial de Varanasi fundada por el escritor Álvaro Enterría. El cómic en cuestión es Peregrinaje a Kashi: Benarés, Varanasi, Kashi. Historia, mitología y cultura de la ciudad más extraña y fascinante de la India. Justamente por el carácter iniciático de la obra es que Gol siente un «especial aprecio» por ella. El cómic fue reeditado en 2008 (en varias lenguas), pero es recién ahora que tengo el gusto de recomendarlo, pues hace muy poco que tengo un ejemplar en mis manos.

Si por su trabajo en Los Pándavas yo ya sabía de la calidad gráfica de la pluma de Gol, lo que me gustó mucho de Peregrinaje a Kashi es su argumento y sus textos. En realidad, Gol escribe los textos de todos sus tebeos, pero a las ya complejas tareas de adaptar a viñetas un texto existente o un hecho histórico específico, con esta obra demuestra también su capacidad de crear ‘de la nada’. Con una narración muy creíble y actual, el autor nos traslada en el tiempo con naturalidad para contarnos la milenaria historia de la ciudad sagrada de Varanasi.
A las referencias mitológicas que rodean a Kashi se suman las explicaciones biográficas de sus personajes más destacados, la particular idiosincrasia de sus habitantes, como así también un detallado paseo por su arquitectura a orillas del Ganges y sus puntos clave en cuanto a visitas espirituales.

Asimismo, el argumento del cómic tiene la virtud de mostrar, a través de las dos familias protagonistas, tanto el punto de vista hindú tradicional, como el más moderno y laico que se percibe cada vez más. La primera visión nos permite entender mejor una cultura que nos es ajena, mientras que la segunda visión nos sirve como espejo de nuestros propios valores, para así confrontarlos con la India tradicional.
Como es de suponer, recomiendo la lectura de este cómic que me pareció excelente, muy ameno y muy original. La única desventaja es que el cómic no es tan fácil de conseguir. En España sólo se puede encontrar en la Librería Oriental de Madrid. Cuesta 9€ la versión en español y 12€ en inglés (tapa dura), a lo que hay que sumarle los gastos de envío (6€) si no se puede ir personalmente.
La otra opción, más cara y más lenta, es pedirlo directamente de la India a Indica Books. Allí cuesta 8€, pero el envío es de 9€ (total 17€).

Como se aprecia, he puesto algunas imágenes del cómic (clicando sobre ellas se amplían), seguro de que su calidad visual hará que los obstáculos logísticos se desvanezcan, a favor de leer esta obra de primera mano.

0 comentarios en “El cómic ‘Peregrinaje a Kashi’”

  1. Hola Vecino.
    Enhorabuena por tu magnífico blog y fantástico viaje.
    Leí y disfruté con el cómic que recomendaste Mahabharata (los pandavas) y estoy esperando con ganas la publicación del segundo volumen. En el post decías que estaba previsto para octubre del año pasado pero todavía no ha salido.
    No tendrás noticias las fechas de publicación.
    Gracias

    Responder
    • Hola Sadhaka,
      Gracias por tu comentario.
      Yo también estoy esperando con ansias la segunda parte del cómic del Mahabharata. Originariamente su salida estaba prevista para octubre 2012, pero como el mercado editorial está en crisis y las ventas son bajas, la publicación se está demorando. Según me dicen, hay buenos indicios de que el cómic ahora salga en primavera 2013.
      Un saludo.

      Responder

Deja un comentario

Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

Si te ha gustado este post, te interesará:

Del 3 de octubre 2023 al 27 de enero 2024 · Con Naren Herrero

Convierte la filosofía yóguica en un elemento que comprendes, que aplicas con sabiduría y que, además, eres capaz de transmitir con claridad.

 

Una formación única en que contarás con seguimiento cercano del profesor para guiarte y orientarte con una metodología propia basada en 3 pilares: estudio, proceso pedagógico y proyecto personal tutorizado.

FF_Formacion_filosofia_yoga_imagen
FORMACIÓN DE PROFESORES DE FILOSOFÍA DEL YOGA (100 horas)

De octubre 2023 a enero 2024

La formación en español que te prepara para impartir Filosofía del Yoga de manera profesional