Hijo de Vecino

El día del gran baño en la Kumbha Mela

Hoy hace 6 días que estoy en la Kumbha Mela. Ayer, domingo 10 de febrero, fue Mauni Amavasya, el día más auspicioso para bañarse en la confluencia de los sagrados ríos Ganga, Yamuna y Sarasvati. Por dicha auspiciosidad, era también el día más populoso.
Según diferentes versiones, 20 o 30 millones de personas tomaron su baño ayer. Para mí es imposible de calcular el número de participantes, aunque sí es evidente que durante los últimos dos días la cantidad de personas, ya grande, creció sin pausa.
Desde el atardecer del sábado 9 hasta el atardecer del domingo las varias orillas de los ríos estaban siempre con peregrinos sumergiéndose en las aguas. En mi caso particular, el domingo me levanté a las 5am y, junto con un muchacho alemán que duerme en mi misma tienda (en la que somos 6 en total), salimos en busca de un bote para ver de cerca el baño matinal de los peregrinos.
Las mañanas y las noches están siendo muy frías en la Kumbh, alrededor de 5/6 grados centígrados, lo cual contrasta mucho con el calor que hace durante el día (hasta 20 grados o más). Por tanto yo no tenía ninguna intención de meterme al agua tan temprano, aunque sí quería presenciar lo mejor posible el gran espectáculo de fe.
A las 6am los ghats y orillas ya estaba congestionados de bañistas. Nosotros estábamos del lado sur del sangam (la confluencia de los 3 ríos), que en teoría es el lado menos masivo. En la orilla del frente solo se veían miles de siluetas bañándose y empujando para salir o entrar de la zona principal.
Nuestro bote nos llevó al medio del río, al sangam, donde las aguas de Ganga, marrones y rápidas, se unen con las de Yamuna, más lentas y claras. En cierto punto del agua que es apenas profundo hasta las rodillas hay construido una especie de muelle donde atracan los botes. Allí uno se saca la ropa y sube a la construcción de madera, donde hay un sacerdote que hace un ritual de rutina y otros ‘vendedores’ de servicios como un simbólico fajo de dinero para la prosperidad material o leche como ofrenda a los ríos.
La cuestión es que llegando al muelle toqué el agua con la mano y no me pareció fría. En un instante le dije a mi acompañante que esta era una oportunidad irrepetible y él también se decidió. Entonces me saqué mis cuatro capas de ropa, incluyendo gorro, camiseta térmica y calcetines de montaña, para con un único pantalón corto dirigirme al agua.
Eran las 6:30am y el gran sol naranja del amanecer salía ante nuestros ojos de forma auspiciosa. Puse mis pies en las sagradas aguas, con la mirada en el sol y con una multitud inacabable en la orilla a mis espaldas. Entonces agradecí a Dios por traerme a esta hermosa locura espiritual llamada Kumbha Mela, y pedí que si bañarse en este sitio trae algún beneficio o mérito, fuera entonces para mi familia y mis seres queridos; también pedí por las personas que me apoyaron en el proyecto de crowdfunding y, cómo no, por la felicidad de todos los seres.
Con devoción por las madres que son y representan los ríos me sumergí en el agua tres veces, como marca la tradición. Luego me quedé unos minutos en la zona y regresé a vestirme; recién entonces sentí algo de frío.
Mi felicidad era total. Gran parte de la misión había sido cumplida y la sensación era magnífica.
—————————————————————————————————————————————————-
Obtener una conexión de Internet ha sido muy difícil; eso explica la brevedad de este post y la ausencia de fotos. En cuanto pueda haré más textos.

0 comentarios en “El día del gran baño en la Kumbha Mela”

  1. Me alegra mucho que el agua no te pareciera tan fría, prueba lo que siempre decimos algunos de que el frio está en la mente y no en el cuerpo. Gracias también por llevarnos en el pensamiento y en cierta medida hacernos partícipes de ese baño, pues, aunque brevemente, lo describes de tal forma que nos es muy fácil imaginarnos allí contigo.
    Un fuerte saludo.- JOAN

    Responder
  2. Muchas gracias por encontrar un momento para compartir tus vivencias en la Kumbha Mela a través de este blog y por tenernos en tus pensamientos a todos nosotros.

    Responder
  3. Gracias miles por compartir en medio de tanta intensidad de emociones y personas ese momento. Es verdad, es como haber estado allí, en el agua y en ese «amanecer» naranja de los principios de todo. Namasté.

    Responder

Deja un comentario

[elementor-template id="13988"]