Hijo de Vecino

La vibración de OM

Uno de los estereotipos más comunes relacionados con la India y su filosofía espiritual es el de una persona sentada en postura de meditación, con las piernas cruzadas y la espalda recta, con las manos sobre sus rodillas, palmas hacia arriba, preferentemente el dedo índice tocando el dedo pulgar para formar un círculo, el resto de los dedos extendidos, y emitiendo un largo y profundo ‘OM’.

 

Una versión más cotidiana de este estereotipo, muchas veces se pone en práctica cuando una persona tiene una situación de stress o nervios y para calmarse, un poco en serio un poco en broma, coloca las manos en la posición descrita más arriba (índice y pulgar de la mano tocándose, resto de los dedos extendidos), y repite un penetrante ‘OM’.

Ésta sería la variante oriental del más prosaico y occidental ‘contar hasta diez’.

 

Ahora, la cuestión es, ¿qué relación tienen realmente estos estereotipos con su uso original?

 

ChinMudra

 

Sonido

 

Se puede decir de distintas formas, pero básicamente la definición de ‘OM’ sería la de ‘sonido original del Universo’. Es decir, que es la base de cualquier otro sonido.

A su vez, el sonido ‘OM’ representa la energía universal, conocida como ‘prana’. O sea, que todas las manifestaciones de vida en este Universo, incluyendo los pensamientos, son energía y son llamados en el Hinduismo como ‘prana’. Este ‘prana’ se manifiesta  a través del ‘OM’.

 

Por supuesto, este ‘sonido original del Universo’ no es un sonido audible, al menos no en el sentido usual del término. En la filosofía de la India, como en muchas otras religiones, se dice que la creación evoluciona a partir de la Palabra, la cual no es, lógicamente, nacida de un discurso humano ni puede ser escuchada en el iPod.

Se trata, en realidad, de la vibración eterna, a través de la cual la energía Cósmica/Universal/Divina (como quieran llamarla) se pone en acción.

Se dice que dicha vibración existía antes de que el mundo fuera creado.

 

A este respecto, hay una cita muy conocida del Evangelio de San Juan (1:1-3), que muestra la amplitud de este concepto, más allá del Hinduismo:

 

‘En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios (…) Todo llegó a ser por medio de ella; y sin ella nada se hizo de cuanto fue hecho’.

 

En el Cristianismo, el término ‘Palabra’ se puede también cambiar por ‘Verbo’.

Asimismo, en la ‘Autobiografía de un Yogui’, Paramahansa Yogananda compara al ‘OM’, la vibración creadora, con el concepto cristiano de Espíritu Santo, al que se refiere comoenergía vital invisible que divinamente sostiene toda la creación’.

 

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AUM

 

Volviendo a la filosofía hindú, a pesar de lo que puede parecer en primera instancia, el difundido sonido ‘OM’ tiene un correlato igual de válido en la sílaba ‘AUM’. El significado es exactamente el mismo y, de hecho, se dice que la forma correcta de pronunciar la sílaba sagrada es diferenciando los tres fonemas: A, U, y M.

La pronunciación ‘OM’ es la versión condensada de ‘AUM’, que generalmente se utiliza cuando hace de introducción de otros mantras o versos, y suena más corta por ser cantada de manera más veloz.

 

En cuanto a la grafía, seguramente la más clásica es la versión sánscrita, que se asemeja, dicho sin academicismos, a un número tres con un ganchito y un sombrero: . Si bien esta grafía es utilizada como el símbolo del Hinduismo, no se trata propiamente de un símbolo, en la forma en que lo son la cruz cristiana, la media luna islámica, o el ying-yang taoísta.

 

La grafía del ‘OM’ es simplemente la forma en que se escriben en diversas lenguas los ya mencionados fonemas ‘AUM’. Así, la grafía no es un dibujo o un ideograma, sino que son los fonemas que le corresponden en Sánscrito.

Según la lengua y el alfabeto en que se escriba (que sólo en la India pueden llegar a más de cuarenta), la sílaba ‘OM’ o ‘AUM’ adquiere una grafía diferente, manteniendo sin embargo su mismo sonido original.

 

Siguiendo con las similitudes entre distintas religiones, se considera que el ‘AUM’ de los libros védicos hindúes se transformó en el Amín de los musulmanes, el Hum de los tibetanos, y el Amén de los judíos y cristianos.

 

OM

 

om-tamil

 

Lenguaje

En cualquiera de sus formas, en el Hinduismo la sílaba sagrada ‘OM’ es considerada el Bija mantra (mantra semilla), la palabra de la que surge todo lo demás, y con frecuencia es utilizada como prefijo a otros mantras.

 

En este sentido, se considera que Ganesha, la deidad con cabeza de elefante, tiene la forma del ‘OM’. No por casualidad es Ganesha la deidad que se adora en primera instancia antes de cualquier nuevo emprendimiento, de la misma forma en que el ‘OM’ es antepuesto a cualquier oración, himno o verso sagrado.

 

En sí misma, la silaba ‘OM’ es considerada un mantra. Según la tradición, los mantras son una condensación de energía Divina, un sonido Divino, que tienen poder de transformación para quien los repite, ya que ayudan a llevar la mente hacia dentro, hacia el interior de uno mismo.

No se trata tanto del significado del mantra, sino que son más bien sus vibraciones sutiles las que llevan a quien lo repite hacia su propio centro.

 

Por el aumento del ego, el apego, el orgullo y otras cualidades negativas, el ser humano se volvió incapaz de escuchar el sonido original de la creación, y ahora hemos perdido contacto con el lenguaje universal.

Es por ello que hay técnicas de meditación especificas que consisten en intentar concentrarse en el omnipresente sonido de ‘OM’, que yace también en nuestro interior.

‘Incluso el principiante en yoga puede escuchar muy pronto en su interior el maravilloso sonido de OM’, dice esperanzador, a este respecto, Paramahansa Yogananda.

 

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Vibración

 

Pero bueno, si uno no puede escuchar (por ahora) el motor vibratorio de la Creación desde los mismos engranajes, al menos puede empezar practicando con el consejo de Swami Premananda sobre el ‘OM’.

Swami dice, ‘Cuando uno canta OM debe sentir la vibración interior’.

 

Es decir, que durante el canto o recitación del mantra OM, uno debe estar conciente de la vibración interior que esa sílaba genera, y sobre todo, una vez finalizado el canto, sentir la vibración interior que se ha generado, por más que sea por un momento; ya que el poder vibratorio de la sílaba sagrada es perceptible, aunque su significado literal sea ininteligible.

 

Sobre esto, Swami nos enseñó en persona la importancia de la vibración del sonido ‘OM’, cuando en un encuentro personal (relatado con otros detalles en ‘Mis encuentros con Swami (2º parte)’), le pidió a mi padre que cantara el conocido Gayatri mantra.

Al primer intento mi padre lo cantó sin tanta convicción, y luego de una segunda oportunidad, Swami lo aprobó con la frase: ‘Está bien si tiene OM’.

 

Evidentemente, el primer intento también había incluido la sílaba OM; sin embargo, al no haber sido dicho con la vibración correcta, o según palabras de mi padre, ‘sin una conexión interior’, Swami no lo había dado por bueno.

 

Swami Premananda en el Ashram en febrero 2009
Swami Premananda en el Ashram en febrero 2009

Ahora, al repetir la sílaba sagrada, ya sea Om como AUM, trato de sentir esa vibración que se genera, que si bien puede que sea exterior y no espontánea, me parece un buen camino para llegar a ‘escuchar’, en su momento, la todo penetrante y original vibración del Universo.

 

12 comentarios en “La vibración de OM”

  1. Amor mio, lo que escribiste puede clarificarle a mucha gente el significado de OM, está muy bien explicado. Está muy bien!
    Jai Prema Shanti
    Kanagavalli

    Responder
  2. Enhorabuena por esta última publicación, tan amena y didáctica. Resulta muy interesante comprobar que las distintas religiones, al menos en su origen o esencia, tienen muchos puntos en común. Espero que este post haya resultado ilustrador para muchos lectores que quizás (como yo hasta hace poco) desconocían el significado de OM y su grafía, tan frecuente en objetos decorativos, bisutería y seguro que en más de un tatuaje.
    JPS

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  3. ¡Qué decirle de nuevo! Un placer, como siempre, recorrer parte de sus pensamientos a través de las palabras.
    Desde La Docta, dominical, soleada y un tanto ausente, mis salutaciones, don Herrero. Esta noche, intentaré conectarme con la vibración interna y el AUM/OM en busca de lo indefinible.
    Un beso grande, Naren.
    Marce

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  4. EXELENTE….MUY BUENA LA EXPLICACION Y ES BUENO RECOMENDAR EL LIBRO DE YOGANANDA AUTOBIOGAFIA DE UN YOGUI…

    QUISIERA SABER DE LA INMORTALIDAD DE BABAJI….DE LA ORDEN SHAKTIANANDA DE BABAJI QUE FUNCIONA ESPÈCIALMENTE EN CARACAS…

    …OM NAMAHA SHIVAYA..¡ JAI JAI BABAJI

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  5. -Solo tengo una duda, cuando era pequeña (6 años) estaba por dormirme y escuche, en mi cabeza un ommm largo que me hizo sentir (es difícil describirlo, pero sería algo así, como si mi cabeza resonara). En eso tiempos no sabía nada de esto y fue de adolescente que leí de esto.

    He buscado experiencias similares, pero no he encontrado nada y ahora te leo y dices que no es posible…

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    • Hola Carito,

      Gracias por tu comentario. Entiendo lo que explicas de tu experiencia con el OM. De todos modos no soy consciente de haber dicho que eso «no era posible». Se supone que la vibración de OM es interna y no se escucha con el oído físico, pero eso no significa que uno pueda percibir ese sonido y tenga una repercusión en el cuerpo. En cualquier caso, yo no soy la persona autorizada para hablar de esto porque no he tenido tu experiencia y estoy solo especulando.

      Un saludo.

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    • Se puede escuchar como si lo estuvieses oyendo físicamente y también se puede sentir en forma de vibración.
      Y por supuesto, ambas cosas a la vez.
      Si se profundiza más aún, creo que deja de ser un simple y continuo «aum».
      Aún estamos conociéndonos…
      Saludos.

      Responder
    • Hola. A nivel práctico OM se puede usar como un saludo y una posible traducción es «Sí» o una forma de mostrar conformidad. Dios es Amor, y también es Verdad y también es Conciencia… y entonces sí que OM podría ser todo eso; de hecho en los textos antiguos dice «OM es Brahman» que es el Absoluto y lo incluye todo.

      Responder

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Un post sobre el término sánscrito kriyā en base a su etimología, sus usos frecuentes, sus referencias textuales y su aplicación actual.

El otro día utilicé el traductor de Google para traducir un texto sobre meditación, del inglés al español. De hecho, estoy sorprendido con lo buena que es esa herramienta online, aunque no es perfecta. Cuando en inglés decía attachments in meditation -o sea, «apegos en meditación»-, la traducción fue «archivos adjuntos en la meditación», que es una acepción posible pero inadecuada en el contexto del párrafo que yo estaba traduciendo. La falla del traductor radicó en desconocer el contexto del texto.

 

De forma similar, con los términos sánscritos, sobre todo si son muy genéricos, nos encontramos con frecuentes malentendidos de traducción, justamente por falta de información contextual.

 

La ubicua palabra kriyā es uno de esos ejemplos paradigmáticos, que hoy venimos a diseccionar, analizar y, ojalá, comprender mejor.  

 

Para empezar, el diccionario nos da la definición básica de kriyā como «acción, acto, actividad, tarea…» y es prácticamente un sinónimo de otra famosa palabra sánscrita: karman.

 

Este uso ya aparece en textos védicos como Upaniṣad por ejemplo y, con matiz filosófico, en la triple división que presenta el shivaísmo del poder de Śiva: icchā («voluntad»), kriyā («creación») y jñāna («conocimiento»). Asimismo, Patañjali en su Yogasūtra (2.18) dice que la naturaleza del guṇa rajas (la cualidad dinámica de la materia) es la «actividad» (kriyā).

 

Por otro lado, en el contexto litúrgico el término kriyā significa «rito, ceremonia, sacrificio» y esta acepción aparece, por ejemplo, en antiguos textos que describen rituales védicos, en Bhagavad Gītā (2.43) o en escrituras tántricas medievales.  

 

Una tercera acepción que nos interesa es kriyā como «práctica», en contraste con la teoría, como apunta el diccionario de Òscar Pujol.

 

De hecho, cuando estudiamos el Yogasūtra de Patañjali (2.1) encontramos un método que, aunque no siempre bien entendido, tiene relación con esta acepción: kriyāyoga. Una traducción aceptada sería «yoga de la acción» (diferente del famoso karmayoga que enseña Śrī Kṛṣṇa en Bhagavad Gītā) o «yoga práctico» en el sentido que, como se entiende tradicionalmente, incluye disciplinas para el uso del cuerpo físico, del intelecto, del habla y de las emociones (tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna).

 

Si seguimos analizando los textos de forma cronológica, veremos que la Haṭha Pradīpikā -respetado manual del siglo 15- es el primer texto que habla de «seis acciones» (ṣaṭkarmāṇi) de purificación para el cuerpo físico y preparación para el prāṇāyāma.

 

En la actualidad, estas técnicas de mantenimiento, que incluyen enemas, lavados nasales o limpiezas intestinales, se conocen popularmente en haṭha yoga como kriyas, lo cual es curioso si nos basamos en el texto original, donde se las nombra una decena de veces como karmas. Solo una vez, al explicar la técnica de naulī, el autor dice haṭhakriyā (HP, 2.36), es decir «esta práctica de haṭha».

 

A partir de 1920, el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952) popularizó el término kriyā yoga en occidente e inició a miles de personas en esa «ciencia antigua» que, según sus palabras, es la misma técnica que enseñó Patañjali con el nombre kriyāyoga y a la que también hace referencia Śrī Kṛṣṇa en Bhavagad Gītā cuando nombra el control de la energía vital a través de la respiración (versos 4.29 y 5.27).

 

Tal como explica Yogananda en su Autobiografía de un yogui, kriyā yoga «es un simple método psicofisiológico por medio del cual la sangre humana se libera del anhidrido carbónico y recibe una cantidad suplementaria de oxígeno. Los átomos de este oxígeno adicional son transmutados en energía vital, la cual rejuvenece el cerebro y los centros de la médula espinal».

 

En esta definición, centrada en la relación entre respiración y energía vital, vemos el modelo más generalizado de la palabra kriyā tal como nos llega en la actualidad.

 

En una línea similar, en los años 1970, el método Kundalini Yoga, creado por Yogi Bhajan, se hizo conocido no sólo por sus mantras y sus turbantes sino por sus llamadas kriyas -algunas muy llamativas como sostener los brazos en alto o realizar movimientos repetitivos durante varios minutos- que se definen como «una serie de posturas, respiración y sonido que trabajan hacia un resultado específico». 

 

De hecho, en el uso generalizado actual, ese resultado específico, tiene que ver con mover o activar la energía vital o prāṇa. A diferencia del uso que hace el haṭha yoga medieval, en que las kriyas de limpieza física son prerrequisitos para el prāṇāyāma, especialmente en casos de practicantes con una «constitución débil» o con sus doṣa («humores») desequilibrados.

 

En nuestros días, el místico contemporáneo Sadhguru dice que, básicamente, kriyā significa «acción interna» que implica «cierto dominio con tu energía». Regresando a la distinción terminológica, agrega que la palabra karma refiere a la «actividad externa que te ata», mientras que kriyā es la «actividad interna que te libera».

 

Como conclusión, podemos repetir que, en el uso actual más divulgado, una kriyā es un tipo de ejercicio o técnica que conjuga respiración y concentración mental (en algunos casos, también mudrā o movimiento externo) para movilizar o activar la energía vital.

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