“Si hay un texto de la literatura universal que ha sido tergiversado son los Yogasūtra” dijo el indólogo y sanscritista Òscar Pujol en la presentación en Barcelona de su traducción al español de la fundamental obra de Patañjali, que publica Editorial Kairós con el título Yogasūtra: los aforismos del Yoga.
Cualquier yogui medianamente serio sabe, aunque no lo haya leído, que los Yogasūtra son un texto ineludible para tratar de conocer el yoga clásico. De hecho, en toda formación moderna de profesores de yoga se recomienda y se estudia (de una u otra forma) este texto fundacional, aunque es curioso que en la realidad, dice Òscar, el entendimiento actual del yoga de Patañjali sea muchas veces diferente del sistema original, “más basado en la meditación y en la recitación de textos (svādhyāya) que en la ejecución de posturas”. El yoga actual, un fenómeno “transnacional”, explica el traductor, “es más bien un encuentro entre Occidente y Oriente que surge en el siglo XIX”, mientras que el yoga de Patañjali es básicamente “una forma de meditación”.
Esto no quiere decir que Òscar critique el yoga moderno, sino que considera un “gran milagro” que en el yoga de hoy en día se siga hablando de Patañjali como fundador cuando la práctica actual más difundida es muy diferente. Yo estoy bastante de acuerdo con esta visión porque muchas veces me he preguntado por qué en clase de yoga uno habla de “los ocho pasos” o “de que el yoga es mucho más que āsana” pero al final se la pasa haciendo posturas. Sin entrar a analizar las razones de esta aparente contradicción, sino que focalizándose en ofrecer una solución, Òscar nos ofrece una “traducción transparente”, basada en los principios de “fidelidad y simplicidad”.
Explica Òscar que al preparar el texto abandonó la idea, muy de su gusto, de poner muchas notas y bibliografía justamente para favorecer la lectura incluso para un público no especializado. Al tratarse de un texto aforístico, muchas veces ambiguo y críptico, el hecho de reducir la información periférica es un gran desafío que requiere mucha claridad de ideas y precisión lingüística por parte del traductor/comentarista. Estas dos virtudes las hace evidentes Òscar en su brillante Introducción al libro, que resume su método de trabajo, el contexto histórico de la obra original, el contexto filosófico del sāṃkhya y la compleja psicología expuesta por Patañjali. Se agradece enormemente tener ese mapa tan claro al iniciar la lectura.
A la hora de presentar cada sūtra, Òscar optó por hacer una traducción lo más literal posible sin perder la coherencia. Eso a mí me gusta mucho porque, en lugar de aceptar ciegamente una versión, permite que también sea uno quien haga su parte de interpretación. Justamente para que el lector, si lo desea, pueda entender la lógica de la lengua sánscrita y el uso de cada palabra original, el traductor agrega (además del texto sánscrito en devanāgarī y en transliteración técnica) un trabajado desglose palabra por palabra de cada aforismo.
Como con toda traducción, hay elecciones del traductor con las que uno, como lector, puede estar más de acuerdo o menos, pero el intento de rigurosidad y fidelidad al espíritu original de Patañjali es muy loable. Cuando se entra en la parte más famosa de los Yogasūtra, en que Patañjali describe el aṣṭāṅga yoga, “los ocho elementos” de su método (a partir de 2.35), muchos yoguis encontrarán detalles interesantes como la definición menos convencional de satya, cuyo afianzamiento otorga “la fructificación de las acciones” (y no “el cumplimiento de todo lo que se dice”); la traducción de asteya como “honestidad” y de aparigraha como “no aceptación” en lugar de “abstención de riquezas” o “no codiciar”. También es interesante el análisis que hace Òscar, en distintas partes del libro, del concepto de īśvarapraṇidhāna y sus posibles significados.
El otro gran aporte de Òscar Pujol está en los comentarios, concisos y otra vez muy clarificadores. Para hacer una traducción puede bastar con conocimientos filológicos, pero para hacer un buen comentario a un texto como los Yogasūtra se necesita también mucho bagaje cultural, filosófico y espiritual (no en vano Òscar lleva rumiando el texto desde hace más de 30 años). Con muy buen tino, Óscar basa su propio comentario en el análisis de siete comentarios antiguos y clásicos que han definido a lo largo de los siglos el entendimiento de los sūtra. Esta es una contribución importante para los estudiantes de yoga en lengua española, pues esos comentarios clásicos no están fácilmente disponibles en español (el libro de José Antonio Offroy Arranz con el comentario de Vyāsa es una destacada excepción).
Otro factor muy interesante de esta versión que nos ofrece Pujol es el análisis de las fuentes budistas tradicionales en pali (especialmente el abhidhamma piṭaka) para interpretar los sūtras. Según explica Òscar, “gran parte de su terminología procede directamente de esas fuentes”, como así también muchas de las categorías y explicaciones del funcionamiento de la mente. Estas fuentes budistas serían anteriores a Patañjali y aunque hay divergencias en cómo él aplica estas ideas en el sistema del yoga, es cierto que “estas fuentes pueden aclarar considerablemente el significado de ciertos aforismos” y ofrecer nuevos puntos de vista.
Asimismo, Òscar tiene en cuenta la supuestamente obsoleta filosofía sāṃkhya como contexto filosófico, lo cual sirve para explicar mejor muchas de las características del yoga como sistema filosófico. En ese sentido la definición de yoga de Patañjali cobra un renovado sentido, ya que no sería “unión”, como siempre decimos, sino más bien una “técnica” para el aislamiento (kaivalya) o la separación de la conciencia y la materia.
En este sentido, son muy bien recibidas las explicaciones que hay en el texto sobre la diferencia crucial entre mente y conciencia. Como explica Òscar: “para Occidente la conciencia es una propiedad de la mente, mientras que para Oriente la mente es un instrumento (material y transparente) de la conciencia, que es en realidad la luz interior que siempre está encendida”.
Para cerrar el círculo, al final del libro hay un glosario muy completo y útil con todos los términos sánscritos relevantes definidos de forma detallada, al estilo de un diccionario (no olvidemos que Òscar es el autor del primer y único diccionario sànscrit-català, y a la espera de la necesaria versión en español).
Concluyendo, el libro es una gran aportación al yoga y a la lengua española porque no existen casi traducciones directas del sánscrito al español de los Yogasūtra (en este sentido un gran acierto de Ed. Kairós). Al mismo tiempo, los comentarios son muy clarificadores y, a diferencia de la famosa versión de B.K.S. Iyengar por ejemplo, el texto es muy ameno de leer.
Personalmente, me ha gustado mucho y lo recomiendo vivamente a cualquier interesado en el yoga y también como manual de trabajo para las formaciones de profesores en español, ya que me consta que es un texto que pocas personas se leen con profundidad.
Luego que cada uno lo aplique según sus posibilidades que, al final, de eso se trata.
Gracias hijo de vecino, siempre tan inspirador
Gracias sr. Oscar Pujol por ésta magnifica traducción que a mi, particularmente, me llega en el momento justo…… justo antes de comprar una traducción del inglés…… 🙂
Yoga es (Yogaś) el cese de la identificación (nirodhaḥ) con las fluctuaciones (vṛtti) de la mente (citta).
Gracias por tus comentarios, vivo en México pero conseguí el texto y me parece extraordinario poder leer un texto tan complicado de una manera tan senclla, Gracias al Sr. Pujol y a tí por la recomendación.
Hola, cómo estás? Soy de Venezuela y está muy difícil conseguir textos como éste. Podrá usted enviarme una copia en pdf por favor, cruzmarquezc@gmail.com. Namaskar!
¿Lograste conseguir el libro? Agradecería si lo pudieses compartir. Saludos.
Estoy de acuerdo, Naren Herrero.
Estoy teniendo la ocasión de leer diversas versiones, particularmente inglesas y la de Óscar es tal vez la mejor que he tenido ocasión de ver, incluyendo algunas clásicas.
Un detalle que me parece bien acertado y de agradecer es que no se mete a traducir términos que hoy por hoy tienen más sentido para nosotros en sánscrito que en español, como atman, karma, samsara, etc.