Para los hispanohablantes el sánscrito presenta una gran ventaja: es una lengua llena de vocales. Y no sólo eso: la vocal ‘a’ es la más frecuente y cuando se pronuncia abierta es como la española. Por tanto, a la hora de leer y, sobre todo, pronunciar, los que hablamos español lo tenemos más fácil que personas de otras lenguas, especialmente las germánicas y sajonas (siguiendo este hilo, el catalán o el italiano todavía están mejor porque además de ser vocálicas, tienen mayor número de vocales).
Esta ventaja idiomática tiene su pequeña contrapartida. Justamente por tener el sánscrito tantas ‘aes’, en español tendemos, intuitivamente, a otorgar el género femenino a palabras (sobre todo las que acaban en ‘a’) que, en origen, son de género masculino o neutro. No se trata ésta de una regla absoluta, pues también hay casos inversos, pero lo cierto es que a la hora de pronunciar palabras sánscritas en español hay un gran «caos de género» que tiene sus bases en los finales con ‘a’, pero también en que algunas traducciones pioneras al español han marcado una tendencia lingüística en desacuerdo con el género original.
Estas traducciones se hicieron, muchas veces, directamente desde el inglés, donde el artículo determinado – the – no tiene género (ni número) y, por lo tanto, la decisión del género de la palabra en español quedaba a criterio del traductor que, si no conocía el sánscrito (como parece haber sido frecuente), podía ser contraria a la lógica original (aunque amoldada al uso gramatical del español, eso sí).
En los sustantivos de lengua sánscrita – que son el tipo de palabras que ahora más nos interesa – hay tres géneros (masculino, neutro y femenino) aunque las desinencias masculinas y neutras son bastante similares, por lo que muchas veces se solapan. Del mismo modo, cuando en español hay «indistinción de géneros» o neutralidad se elige la desinencia masculina por sobre la femenina («los padres», «los reyes»).
Por tanto, si una palabra sánscrita es neutra (por ejemplo āsana), al pasarla al español se debería traducir al masculino («el āsana/los āsanas«), siguiendo no sólo la regla española sino la sánscrita, en donde también hay similitud formal con el masculino gramatical, por más que por una cuestión de uso y final en ‘a’ uno tienda a decir «la āsana/las āsanas» (que, además, se pronuncia «ásana»). Más allá de la tendencia actual de feminizar el lenguaje, la cual no voy a debatir aquí, lo gramaticalmente correcto y aceptado sigue siendo lo que acabo de explicar.
Por supuesto, alguien puede argumentar que cuando una palabra extranjera entra en la propia lengua se la adapta al uso popular por cuestiones prácticas, ya que el lenguaje (cualquiera sea) siempre se caracteriza por simplificar y economizar. Esto no quita que haya una forma original y correcta de pronunciar dichas palabras, que yo considero muy pertinente si se lo hace con referencia a la tradición yóguica.
Obviamente, es mucho más importante que el yogui sepa (o mejor, haya experimentado) acerca del término del que está hablando, a que simplemente conozca intelectualmente el género de dicha palabra, pero también es verdad que por más bueno que sea un carpintero o un médico, por ejemplo, uno esperaría que no diga «el puerta» o «la hígado».
Para aclarar esta cuestión, que está muy extendida y me interesa mucho, me he puesto el traje de diseñador gráfico (que me queda un poco ajustado) y he creado un simple cuadro, muy visual, con el género sánscrito de algunas populares palabras de Yoga, entendiendo este término en un sentido más bien amplio.
Por supuesto, he dejado fuera muchas palabras, pero creo haber puesto las más problemáticas (al menos en mi experiencia, y si no es así acepto sugerencias). Es probable que el lector conozca el género correcto de la mayoría de las palabras, pero siempre hay alguna sorpresa, y también es cierto que la fuerza del hábito o el contexto puede llevarnos a decirlas «mal», incluso sabiendo su género original. En la imagen, como hago en este blog, he elegido utilizar la transliteración internacional sánscrita (con alguna pequeña aclaración fonética o semántica entre paréntesis cuando me pareció imprescindible).
La imagen que comparto se amplía grandemente al clicarla y, en pos de la divulgación y sabiendo que esto es internet, doy mi total consentimiento para usarla con fines loables.
Justamente el acabar este cuadro, leí que la sanscritista española Laia Villegas está preparando un Diccionario de los términos sánscritos más utilizados en la práctica del yoga y que, para que sea completo y útil, pide ayuda a practicantes de Yoga para corroborar los nombres sánscritos y españoles de muchas posturas yóguicas. Si quieres participar, clica aquí.
Estimado Narem, gracias por tu luz sobre el genero de las palabras en sanscrito, el cuadro que has recreado tu mismo, mas alla de estar muy guapo no es correcto. Las palabras Puja o Kriya son tambien masculinas persiguiendo el mismo genero gramatical que mencionas anteriormente : Toda palabra en sanscrito que termina en «a» es masculina.
El Yoga, Los Asanas, Los Pranayamas, Los Pujas, Los kriyas.
un saludo desde la Asociacion Canaria de Yoga
Gracias Simon por tu comentario. En sánscrito hay dos tipos de «a»: la larga (ā) y la breve (a), pero como en español solo hay una, entonces lo normal es no saber cuál es cuál en la lengua original.
Con esto en mente, la regla general es que las palabras acabadas en «a breve» (a) sean masculinas/neutras (como el yoga, el āsana o el prāṇāyāma), pero cuando son acabadas en «a larga» (ā) son femeninas (como la pūjā o la kriyā). Por tanto, no es riguroso decir que «toda palabra en sánscrito que termina en «a» es masculina».
Esto no lo digo yo sino que lo dice la gramática sánscrita y no hay mucho debate posible.
Saludos a la Asociación Canaria de Yoga
Hola Naren! Gracias por toda la información que compartes por acá. Con relación a este artículo, quería comentarte y consultarte algo bastante básico, pero que me pone a dudar algunas veces… He escuchado acá en Venezuela a algunos profesores del Yug Yoga fundado por Serge Renaud de la Ferriere, hablar de LA YOGA en vez de EL YOGA. Por la regla gramatical que explicas arriba, al terminar la palabra Yoga con una «a corta», lo correcto es EL Yoga, pero me llama la atención que estos señores lo digan en ocasiones en género femenino. A qué se deberá? Se puede decir de ambas formas acaso? Gracias por tu respuesta… Energías positivas para tí desde este otro lado del océano!
Gracias Narem por la información. Soy profesor de yoga y además filólogo clásico (latín y griego) y siempre me ha preocupado el que cada uno elija el género de las palabras sánscritas sin ningún criterio. Hay otra palabra de la cual cual tengo dudas sobre su género: Vinyasa. Son los Vinyasas o las Vinyasas. No sé si este blog estará activo porque hace tiempo que no tiene ningún comentario.
Muchas gracias también por la aclaración sobre la pronunciación de ásana. ¿Puedo preguntarte por la pronunciación de otros términos?
Por otro lado he hecho clik en el diccionario de términos sánscritos más utilizados y no aparece ninguna página.
Muchas gracias
Hola. Alguien sabe si es La Hatha yoga, o el hatha yoga o es neutro? gracias
Hola Ernesto:
Es sin duda masculino.
Saludos