Sai Baba y el bullicio exterior II
(Continúa de la semana pasada) Protesta Ante el torrente incesante de ofertas comerciales que me asaltaba en las calles de Puttaparthi mi reacción fue la de recluirme en el ashram, sin salir a la calle por algunos días. Nada me faltaba, porque dentro del ashram, de tan grande, hay una cantina y también hay tiendas que satisfacen las necesidades básicas y más. Mi reclusión fue más bien una protesta contra la vorágine comercial; me parecía ridículo viajar miles de kilómetros en un plan espiritual hasta la India, tierra sagrada, para terminar regateando vestidos con los lugareños. Lo que hice, en cambio, fue dedicarme lo más que pude a … Leer más